sábado, 22 de febrero de 2014

El Tour de Francia: sus orígenes


Muy buenas noches a todos. Hasta nuestro piso franco en la avda. George V en pleno meollo parisino nos hemos desplazado esta vez, Antonio Castillo y yo, justo encima de la brasería Fouquet´s, famosa por su aclamado chef, el señor Jean Yves-Leuranguer. Con un poco de suerte Antonio y yo podremos asistir al segundo turno de comida de este genio culinario. Cuando el chef nos deleita con sus famosos Langoustines rôties aux graines de pavot, el tráfico en los campos elíseos se para, un sol primaveral inunda las ventanas adyacentes, el tiempo se para por un momento mientras que todos los asistentes aplaudimos efusivamente al chef; es toda una tradición que perdura ya desde el año 1845, fecha en la que el chef realizó sus primeros Langoustines esos.

Hoy vamos a contar la historia de los orígenes del Tour de France, y para ello que mejor manera que reposando los guisos de Jean Yves-Leuranguer en el sofá de Coco Chanel mientras admiramos en la televisión los mejores momentos del Tour de Francia saboreando un buen Courvoisier L´Esprit Decanter al ritmo de muñeca que solo nosotros le sabemos dar.

El 19 de enero de 1903 un periódico deportivo francés anunció la convocatoria de la primera vuelta ciclista. Días antes, un redactor joven engatusó al director del diario durante un almuerzo diciéndole que para promocionar las ventas, el periódico podría organizar un recorrido en bicicleta de dos mil y pico kilómetros. 
La convocatoria del periódico no tuvo mucho éxito al principio y hubo que alargar el plazo de inscripción porque no se apuntaba nadie. Daba vértigo, con las bicis y las carreteras de entonces, poner el culo en el sillín y aventurarse a realizar seis etapas de cuatrocientos y pico kilómetros cada una. Al final se apuntaron setenta y ocho, todos franceses, y el 1 de julio siguiente el director del periódico dio la salida con estas palabras: «Que la gran batalla que vais a librar bajo el sol, al frescor de las noches y ante las dificultades de las oscuras carreteras os sea favorable».
Pero la verdad es que fue duro. De los setenta y ocho inscrito, se retiraron dieciocho antes de empezar y solo remataron la faena veintiuno. Ganó un deshollinador parisino, un tipo escuálido y bajito que pasó a la historia como el primer vencedor del Tour de Francia
Tuvieron que pasar siete años para que se apuntara un español. El héroe se llamaba Vicente Blanco, más conocido como el Cojo. Era bilbaíno, pero calculó mal sus fuerzas y cometió un error táctico. Se fue en bicicleta de Bilbao a París y llegó tan derrengado que abandonó a la segunda etapa.
La maniobra promocional del Tour para revitalizar el periódico fue un bombazo, porque las ventas pasaron de 25.000 a 60.000 ejemplares. Como curiosidad, el maillot del ganador es amarillo porque amarillas era las páginas del diario.

Fantástico el Courvoisier, fantásticos los guisos del Chef y fantástico el sofá de Coco, y es que hay mejores maneras de seguir el ciclismo, pero como la nuestra...

Un fuerte abrazo al Chef, que ha sobrevivido ya a catorce paros cardíacos y dos embolias.
@maspomada

Jesús González.2014

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