domingo, 17 de septiembre de 2017

Thomas Baker y su maldito peine.


Muy buenas tardes una vez más.
Mi socio Antonio Castillo, José M. Martín Carmona, la srta Millan McMillan y los demás incondicionales de este blog de historias y aventuras un tanto extrañas estamos una vez más preparados para contar una de esas extrañas historias que realmente ocurrieron. 

Visto lo visto en el mercado laboral, Antonio y  yo hemos decidido echar el cv en el único lugar del mundo en el que aún conservan su trabajo desde el año 1952 y que a día de hoy aún sigue en activo, y no es otro que el teatro St Martin´s de Londres, en donde tiene lugar de forma ininterrumpida desde entonces la excepcional obra de teatro «La ratonera» de nuestra escritora favorita, Agatha Christie. Con un poco de suerte, Antonio interpretará el papel del señor Paravicini y yo el del sargento Trotter. Ambos no tenemos ni papa de inglés, pero seguro que con nuestros recursos, lo bordaremos !!!

Thomas Baker participó en una expedición que se adentró en Fiji en 1867. Estando con un jefe tribal le mostró un peine, el jefe creyó que se trataba de un regalo y se lo puso en el pelo como adorno. Thomas, intentando arreglar el entuerto, se lo quitó de la cabeza de manera brusca, sin saber que el tocar la cabeza de un jefe Fiji era un agravio que acarreaba la muerte. El jefe clamó venganza, envió a un mensajero para que se adelantara a la ruta de Thomas y anunció que recompensaría con un diente de ballena (lo normal por aquellos sitios) a aquel que le diese muerte. El 21 de julio de 1867, la tribu montañesa de los nabutautau mató al reverendo y, de paso, a ocho de sus acompañantes, y tal y como era costumbre del lugar, los cocinaron. Toda la tribu disfrutó de una exótica comida, salvo a aquellos que les tocó pierna, que se encontraron con que, incluso después de una larga cocción, seguía estando muy dura. Otros nativos con más experiencia culinaria les indicaron que las botas de caucho que se estaban comiendo no formaban parte de la carne de los europeos.

Bien amigos, Antonio caracterizado como el señor Paravicini ya se encuentra ensayando su papel en el hall de la T3 del aeropuerto de Málaga, ante el deleite de los pasajeros que se encuentran allí. Si queréis verle en acción, podréis verle coger ritmo representando de manera ininterrumpida desde hoy hasta el día de la prueba en Londres, su papel. Trescientos un día quedan para la prueba, ánimo Antonio, el papel es tuyo!!!, yo ya te espero allí el día de la prueba.

@maspomada

Jesús González.2017












2 comentarios:

  1. Hola, buenos días, compañero. Me ha gustado mucho tu relato. Hacía tiempo que no te leía y me ha encantado que, lejos de perder chispa, eres como los buenos vinos : MEJORA CON EL TIEMPO. recibe un fuerte abrazo. RAMPY

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    1. Buenos días Rafa, muchísimas gracias por tu comentario. Cuesta coger el ritmo de nuevo y que la imaginación fluya. Espero poder hacer de nuevo relatos divertidos y que pasemos un rato agradable, un fuerte abrazo.

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